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"Mi nombre es Sergio López, tengo 23 años y soy un orgulloso activista de SOMOSGAY y de la Red GayLatino.

 

En América Latina y de donde vengo, Paraguay, nos gusta hablar abiertamente sobre cuestiones relacionadas a la opresión y la violencia. Mientras Paraguay se mantiene como uno de los países más homofóbicos en toda la región, nuestros ancestros guaraníes siempre han idealizado el Yvy Marane'y, traducido como "un paraíso en la Tierra", una tierra sin mal, en la que todas las personas puedan vivir libres e iguales. Lamentablemente, sabemos que esto no es así hoy día.

 

A lo largo de todo el proceso de esta Reunión de Alto Nivel (HLM), que comenzó hace meses, a varios activistas y comunidades de la Sociedad Civil nos han vendido el eslogan de "no dejar a nadie atrás" y sin embargo, hemos visto cómo algunos de nuestros derechos humanos más básicos, como nuestro derecho a la identidad, la salud, la libertad y la igualdad, han sido violados ayer con la aprobación de un documento político que nos sigue excluyendo a hombres gays, mujeres transgénero y otras poblaciones clave, además de mantenernos criminalizados y marginados en todo el mundo.

 

Mientras reconocemos los avances en algunos temas, esta Declaración Política -lejos de ser la ideal- carece de un lenguaje libre de eufemismos que garantice los derechos humanos para todos y todas.

 

Las comunidades de América Latina y el Caribe estamos muy preocupadas, además, por el hecho de que la financiación local y global de la respuesta al VIH, permanece como el “elefante en la sala”.

 

Con suficiente evidencia hasta la fecha, sabemos exactamente dónde está el dinero en nuestros países, y es importante que recordemos que muchos de los temas tratados en esta Declaración Política no serán alcanzables sin la financiación adecuada para apoyar el trabajo que estamos haciendo, tanto a nivel global como local. 

 

 

En este 2016, toda la evidencia sugiere que, si lo que queremos es construir una respuesta sólida, que realmente acabe con la epidemia desde su raíz, debemos invertir en la rendición de cuentas, la transparencia y, por supuesto, en advocacy e incidencia política para las comunidades y la sociedad civil.

 

En estos espacios de alto nivel, donde mucho se habla acerca de la participación, también debemos analizar las dinámicas de poder. Como joven gay latino, me gustaría hacer un llamado a todos a comprometerse para asegurar que el colonialismo y otras formas de silencio y opresión no sean replicados entre nosotros, quienes estamos en el "lado correcto". Esto es crucial para no dejar a nadie atrás, porque pretender mantenernos callados es también una forma de opresión.

 

Tengo tres preguntas para las personas aquí presentes: ¿Cuántos de nosotros estamos contentos con el resultado de esta Reunión de Alto Nivel? ¿Cuántos de nosotros estamos felices de que las poblaciones clave sean dejadas atrás de nuevo? ¿Y cuántos podrán dormir esta noche, mientras el resto de nosotros muere?

 

Tenemos evidencia suficiente para cambiar nuestra situación, y ciertamente necesitamos mayor voluntad y compromisos políticos. Necesitamos de la solidaridad global en esta respuesta humanitaria al VIH para verdaderamente no dejar a nadie atrás.

 

Si algo hemos aprendido del siglo 20 es que, cuando el mundo llega a un estado de extrema desigualdad, las minorías y las comunidades afectadas son las que más sufren los costos de la discriminación y la exclusión.

 

Desde hace mucho se dice que esto se trata de nuestras vidas. Hoy día, más que nunca: We must act up, fight back and fight AIDS (debmos actuar, resistir y luchar contra el Sida).

Muchas gracias."