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Hoy lunes 11 de junio los jueces dictaron el veredicto sobre la muerte de 6 policías (invasión del inmueble ajeno), pese a que hubo 11 campesinos muertos en el caso mejor conocido como masacre de Curuguaty.
La Fiscalía sentenció penas de entre 5 a 40 años de cárcel para los acusados, por su parte los abogados defensores habían solicitado al Tribunal de Sentencia, la absolución de todos los campesinos procesados.
Nosotros como organización de base, que aglutina a grupos históricamente oprimidos, reconocemos claramente el rol represor del Estado paraguayo y grupos de poder concentrados que hasta el día de hoy desconocen y resisten todo intento hacia la conformación de un verdadero Estado de Derecho, establecido en nuestra Constitución Nacional.
Las terribles y nefastas deficiencias que han violado el derecho al debido proceso en este caso, exponen un escenario en el que toda la ciudadanía es víctima del poder represor del Estado, dejando clara la intención de criminalizar la protesta ciudadana, apuntando a consolidar un modelo autoritario y represor que atenta contra todas las garantías de los derechos humanos.
Recordando que en 1959, 108 paraguayos fueron perseguidos por el Estado Paraguayo, detenidos arbitrariamente y sus derechos violentados sin ninguna garantía. Estas personas vieron sus vidas destruidas, perdieron sus trabajos y cargaron con una inenarrable vergüenza social. En 2000 ese mismo número fue eliminado por decreto de todas las chapas del registro de automotores perpetuando así el manto de silencio y el olvido obligado al que el Estado Paraguayo intenta enviar esta y otras violaciones a los derechos de su ciudadanía.
Desde SOMOSGAY creemos que el Paraguay sin exclusiones y con plena igualdad está a nuestro alcance, estamos hoy más firmes que nunca en nuestro compromiso de caminar hacia él y es con ese convencimiento que exigimos la absolución y la libertad de Rubén Villalba, Luis Olmedo Paredes, Arnaldo Quintana, Néstor Castro, Lucía Agüero María Fany Olmedo, Dolores López, Juan Carlos Tillería, Alcides Ramírez, Adalberto Castro y Felipe Benítez Balmori.
Es claro para nosotros y nosotras que este es el momento de tender solidaridad hacia la construcción de un país mejor, más incluyente, en plena garantía de derechos, para todas y todos.
Las voces que clamamos por justicia, igualdad y libertad no serán calladas.