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Repudiamos la violencia de la que fue víctima la historiadora Milda Rivarola el domingo pasado, cuando una horda encabezada por políticos atacó la residencia de la académica en Quyquyhó poniendo en riesgo la vida e integridad de la investigadora y de su biblioteca privada, estimada una de las más completas en todo el país. Milda Rivarola lleva a cabo una intensa labor de defensa y recuperación del patrimonio histórico de dicha localidad, una iniciativa contrapuesta a la de intereses privados.
Milda Rivarola es una de las más importantes académicas que posee el país actualmente, de un legado inestimable al acervo científico y cultural del Paraguay. Es un privilegio que una intelectual de su talla haya elegido permanecer en nuestras fronteras para continuar aportando al conocimiento y al pensamiento crítico locales, claves para construir una mejor sociedad.
Con gran preocupación vemos cómo estamos retrocediendo a épocas de oscurantismo y barbarie. Este inefable hecho debe ser entendido en un contexto de persecución al conocimiento, las artes y la ciencia. Así también, lo ocurrido es fruto de las graves secuelas del régimen estronista, tales como el autoritarismo, la prepotencia, la opresión, la persecución, la incapacidad de admitir el disenso y la defensa de intereses corporativos por encima de los derechos humanos. Esta lamentable herencia no solo no ha remitido sino que se encuentra avanzando hoy de la mano de los fundamentalismos reaccionarios.
Nuestra sociedad paraguaya ha enarbolado valores tradicionales tales como la solidaridad y el cuidado de los más desprotegidos. En este sentido, exigimos al Estado Paraguayo la intervención inmediata para salvaguardar la vida, seguridad y propiedad de la académica. También exigimos al Estado justicia para Milda Rivarola, que los hechos sean esclarecidos, los daños reparados y los responsables penalizados.
En un Estado de Derecho y en democracia no podemos tolerar como sociedad ningún tipo de ataque o expresión de odio hacia ninguna persona o colectivo humano. Así mismo, no podemos ser tolerantes con la persecución al conocimiento, la investigación, las artes y la ciencia. De ninguna manera podemos ceder a colectivos que buscan instaurar una nueva edad media de odio, opresión, violencia y oscurantismo.
Nos unimos en solidaridad y en apoyo a Milda Rivarola, en defensa de la democracia y el Estado de Derecho.
No podemos ni debemos ser tolerantes con la intolerancia.