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El panorama cotidiano en todo el territorio es muerte, hambre, enfermedad, desesperación, desempleo, cierre de emprendimientos, expulsión, miseria, sufrimiento. La única respuesta que obtenemos desde el gobierno es la represión, la tortura y la persecución de las fuerzas estatales sometidas a poderes fácticos. El descontento crece cada día como también lo hacen la violencia estatal y la de los poderes que la sostienen. 

 

Las personas LGBT hemos sido privadas históricamente de derechos. Empezando por el nefasto suceso histórico de los 108 y un quemado hasta la actualidad, donde no existen políticas públicas para nuestra población. Denunciamos la negligencia imperdonable del Estado en materia de atención al VIH y también la violencia sistémica ejercida contra las mujeres trans, cuyos transfeminicidios quedan impunes y en muchos casos tienen responsabilidad las fuerzas estatales. 

 

Nuestras comunidades forman parte de la sociedad paraguaya, y como tal, no solo está completamente abandonada por el Estado, es al mismo tiempo perseguida por el. Nosotres, así como todas las personas que vivimos sin privilegios en este país, nos vemos obligades a recurrir a la solidaridad para subsistir: ollas populares, rifas, pedidos de ayuda, etc. El colapso de hospitales, la escasez de insumos médicos y la especulación de precios de medicamentos nos afectan también de cerca. Como personas que vivimos en Paraguay nos indignan estas intolerables condiciones de subsistencia que solo nos conducen a la muerte más indigna. En plena pandemia la salud sigue siendo un negocio que cobra vidas y también resta futuro a las familias para beneficio de un sector corrupto que tiene secuestrado al Estado. 

 

Por este motivo, instamos a nuestra comunidad a una movilización permanente para exigir los verdaderos cambios necesarios en alianza solidaria con los demás sectores movilizados. La única posibilidad que nos queda es transformar profundamente esta sociedad. Exigir la inmediata renuncia de Mario Abdo Benítez y todos quienes conforman su gobierno es un paso. Exponer los poderes fácticos que sostienen este estado de cosas es impostergable. Los brazos empresariales, mediáticos y criminales del poder no pueden quedar impunes.   

 

Recordamos que nuestra población es utilizada como chivo expiatorio por el poder para azuzar falsos fantasmas y de esta manera seguir imponiendo un régimen retrógrada, caracterizado por el autoritarismo, el fundamentalismo religioso y el rechazo a los derechos humanos universales.

 

Nuestro objetivo es construir un futuro sin ese régimen, bajo la consigna de #ANRNuncaMás para dejar atrás casi 70 años de régimen fascista, genocida, extractivista y ecocida. Es ahora el momento para avanzar hacia un país con verdadera democracia y derechos humanos para todas las personas y todas las familias.