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Los actos de violencia perpetrados en las últimas semanas contra la comunidad LGBTI+ en Paraguay forman parte de una gran estructura con amplias redes en toda Latinoamérica.


Según el portal LaMalaFe.lat, existe un fuerte lobby impulsado por grupos cristianos de Estados Unidos que se arraigó en la región, con el objetivo de articular una agenda ultraconservadora.

 

De hecho, los intereses internacionales estadounidenses se han volcado de lleno a lo que dicta la derecha religiosa, creando un Departamento de Estado que “permite a los evangélicos influyentes promover sus propios intereses bajo la apariencia de diplomacia” (Ver nota: Trump has turned U.S. diplomacy over to the religious right)

 

En Paraguay, sus principales aliados serían parte de los partidos políticos Asociación Nacional Republicana (ANR) y Patria Querida. (Ver nota: Los vínculos en Paraguay del lobby internacional cristiano)

 

Se tratan de poderosos grupos religiosos que pretenden incidir en las políticas de estado y para ello reclutan a políticos y legisladores. Algunos resultados de sus acciones son el ascenso de la bancada evangélica y el posterior triunfo de Jair Bolsonaro en Brasil.

 

La investigación periodística “Transnacionales de la Fe” de la Columbia Journalism Investigations de la Universidad Columbia de EE. UU, donde participan 13 países con 15 medios, incluyendo El Surtidor, halló que tres de estos grupos cristianos norteamericanos poseen vínculos con Paraguay: el Political Network for Values, la Alliance Defending Freedom y Capitol Ministries.

 

Tal es el caso de Miguel Ortigoza, pastor del Centro Familiar de Adoración, quien desde el 2018 se desempeña como representante en Paraguay de Capitol Ministries. 

 

El presidente de Capitol Ministries, Ralph Drollinger, estableció “un grupo de estudio bíblico semanal” en la Casa Blanca de EE. UU, donde asisten altos representantes de la administración de Donald Trump, como el vice presidente Mike Pence, el secretario de Estado Mike Pompeo, la secretaria de Educación Betsy DeVos y el ex fiscal general Jeff Sessions. Recientemente, Drollinger incluso llevó a cabo una especie de “gira” de su grupo de estudios bíblicos a países como Honduras, Nicaragua y Ucrania.

 

Drollinger es calificado como uno de los peores líderes de derecha religiosa anti-LGBTI+. Ha llamado a la homosexualidad "abominación" o "ilegítima a los ojos de Dios". También cree que las mujeres deberían ceder ante los hombres como líderes.

 

Dichas organizaciones se encuentran estructuradas a nivel global, realizando reuniones periódicas, como la Cumbre Conservadora, donde se procedió al diseño de la “Carta de Foz”, un documento que plasma los deseos de los conservadores como “el fortalecimiento de los valores occidentales”, “Dios, patria, familia, propiedad” o el “combate a la cultura de la dictadura verde”.

 

Estos son solo algunos elementos que conforman el amplio entramado discursivo y estratégico de los grupos antiderechos, cuyas acciones están estudiosamente delineadas a fin de agudizar un contexto reaccionario y sumamente riesgoso para activistas por los derechos humanos y personas LGBTI+.

 

Toda esta estructura legitima peligrosamente la violencia, ataques e incluso los asesinatos contra miembros de la comunidad, alentando a llevar a la práctica todo el odio que difunden con total impunidad a través de su narrativa.

 

Ante esto, la unidad de toda la comunidad LGBTI+, sus aliados y aliadas, la esperanza, la contención, el autocuidado, el trabajo conjunto y sostenido, deben ser el respaldo para continuar conquistando derechos, plenitud y calidad de vida, avanzando contra los retrocesos y sin ocultarnos nunca más.

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