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Numerosos mitos rodean al Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH), algunos surgidos de la ignorancia y otros claramente malintencionados. Estas falsedades, a menudo desapercibidas o aceptadas sin más, afectan vidas tanto directa como indirectamente. En este artículo procedemos a desmentir algunos conceptos erróneos.
¿VIH y sida son lo mismo?
En primer lugar, el VIH -virus de inmunodeficiencia humana- es, como su nombre lo indica, un virus. Por otro lado, el sida -síndrome de inmunodeficiencia humana- es el conjunto de síntomas de la etapa más avanzada de la infección del VIH. No son lo mismo. El VIH solo puede ocasionar sida si no es tratado.
Veamos a continuación más detalle:
VIH:
El VIH afecta el sistema inmunológico destruyendo cierto tipo de células (linfocitos T CD4) las cuales se encargan de combatir infecciones, por lo que el cuerpo queda vulnerable a todo tipo de enfermedades, es decir, se vuelve inmunodeficiente.
El virus no puede ser eliminado del cuerpo por lo que la infección es de por vida. No obstante, con tratamiento antirretroviral -que impide que el virus se reproduzca-, cualquier persona que vive con el VIH o que convive con él (como familiares, pareja, amigos) puede llevar una vida normal sin que la condición empeore y tenga como consecuencia la aparición del sida.
Sida:
El Síndrome de Inmunodeficiencia Humana (sida), por otro lado, es un conjunto de síntomas que se refieren a la etapa más avanzada de infección del VIH. Esto solo acontece si no se ha seguido el tratamiento correspondiente para mantener la carga viral (cantidad de VIH en una gota de sangre) lo más baja posible, hasta ser indetectable. Cuanto mayor es la carga viral, menos células CD4, las más importantes del sistema inmunológico.
Al estar debilitado el sistema inmunológico en gran medida, confluyen numerosas enfermedades graves llamadas "enfermedades oportunistas" -aprovechan la oportunidad de una ausencia de defensas-. Este conjunto de condiciones representa lo que se denomina síndrome: el síndrome de inmunodeficiencia humana.
El sistema inmunológico en tal estado se encuentra tan debilitado que cualquier enfermedad oportunista puede tener un desenlace fatal en el paciente.
¿Vivir con VIH es sentencia de muerte segura?
Vivir con VIH no es sentencia de muerte. Siguiendo el tratamiento diario cualquier persona puede disfrutar de una óptima calidad de vida.
¿El VIH se transmite a través de simples actividades sociales como pasar la mano, un estornudo, un beso, picadura de insectos, mordedura de animales, compartir alimentos, cubiertos, etc?
Existen tres únicas vías de transmisión del VIH:
1. Sexual: Práctica de sexo sin protección, es decir relaciones sexuales sin preservativo o sin estar en PrEP (Profilaxis de pre-exposición).
2. Sanguínea: Empleo de jeringas no esterilizadas o contaminadas.
3. Vertical: Es la que se denomina a la transmisión del virus de madre a hijo/a durante el embarazo, la lactancia o parto.
El virus no se encuentra en el cabello, la saliva, la piel, ni en el aire ni en el agua. Compartir cubiertos, sanitarios, piscinas, recintos, besos, caricias o alimentos no suponen riesgo alguno. Tampoco la tos y el estornudo pueden transmitir el virus.
Solamente ciertos fluidos corporales pueden transmitir el virus, los cuales son:
-Sangre
-Líquido pre-seminal y el semen
-Fluidos vaginales
-Leche materna
-Fluidos rectales
El virus fuera del cuerpo humano es muy débil y sobrevive apenas entre unos minutos a unas horas. Inclusive pierde su capacidad de infección y de reproducción.
La picadura de mosquitos tampoco transmite VIH puesto que el virus muere inmediatamente en el insecto. Es más, el mosquito extrae sangre pero inyecta saliva por lo que es imposible transferir el virus por esta vía. Tampoco la mordedura de animales supone riesgo de exposición al virus. La transmisión solo puede darse entre humanos. No obstante, los chimpancés sí pueden transmitirlo a los humanos por el muy alto grado de similitud genética entre ambas especies (los humanos y los chimpancés comparten un 99% de ADN)
Por todo lo anterior, no existe razón alguna para aislar a una persona que vive con VIH como tampoco existe razón para aislar a cualquier otra persona con alguna otra condición crónica como la diabetes o el lupus.
Es importante mencionar que cuando una persona que vive con VIH mantiene su carga viral indetectable, no puede transmitir el virus a través de ninguno de los fluidos citados.
¿Vivir con VIH quiere decir renunciar a una vida sentimental y sexual?
Siguiendo el tratamiento adecuado, no hay motivo de por qué se deba renunciar a mantener relaciones sexuales y/o sentimentales las cuales contribuyen al disfrute de una vida normal y de óptima calidad.
¿Si vivo con VIH, no tengo donde acudir aquí en Paraguay?
Una persona viviendo con VIH no tiene por qué sentirse desamparada a su suerte si bien existen deficiencias en lo que a atención pública y privada respecta.
El Estado pone a disposición pruebas de laboratorio para conocer el diagnóstico. Así mismo, el Ministerio de Salud, a través del Programa Nacional de Lucha contra el SIDA -PRONASIDA-, ofrece tratamiento y seguimiento, con cierto grado de descentralización en los demás departamentos del país, pese a que aún es insuficiente ante la demanda nacional. Por otra parte, los seguros privados no niegan atención médica pero sí limitan explícitamente la cobertura a personas viviendo con VIH.
Ante esto, la Ley 3.940/09 "Que establece derechos, obligaciones y medidas preventivas con relación a los efectos producidos por el Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH) y el síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA)" expresa en su artículo 17:
“Acceso a la Atención Integral en Salud:
Los establecimientos de salud pública, en todos sus niveles, deben brindar atención a las PVVS que lo requieran otorgándoles información, orientación, materiales, tratamiento y apoyo psicológico, conforme al nivel de complejidad. Los mismos deberán ser incorporados al sistema de derivación inmediata a centros de referencia y contrarreferencia establecidos por el Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social y el PRONASIDA para la atención integral. Los establecimientos de salud privados y del seguro social deben proporcionar a sus asegurados PVVS la atención integral correspondiente [...] “
La organización SOMOSGAY así mismo dispone de la Clínica Kuimba'e, de atención gratuita. La clínica está enfocada en la salud del varón -de allí su nombre-y ofrece consultas, pruebas, tratamientos y condones sin costo alguno.
¿Existe cura para el VIH?
No, no existe. No obstante, se está investigando exhaustivamente y se están logrando progresos agigantados en lo que a tratamientos respecta. Una persona que vive con el VIH o con el SIDA (PVVS, siglas empleadas en la comunidad médica) puede llevar hoy en día una vida normal y saludable siguiendo un tratamiento antirretroviral diario, teniendo relaciones sexuales más protegidas y asumiendo plena responsabilidad del cuidado de su salud y de sus seres queridos con profesionales médicos competentes.
¿Los remedios naturalistas pueden reemplazar el tratamiento 'tradicional'?
En consulta con el Dr. Iván Allende, infectólogo, el mismo nos aclara: "La medicina alternativa es ancestral y en muchas situaciones son un coadyuvante eficiente al tratamiento de la medicina tradicional. En el caso de la infección por VIH, la terapia antirretroviral con drogas que actúan combinadamente sobre distintos blancos del mismo virus, no es reemplazable, sin embargo no existe contraindicación absoluta de que la persona utilice terapia alternativa, siempre y cuando sea complementaria a su terapia antirretoviral."
¿El VIH y el sida son un castigo divino?
Atribuir todas las enfermedades -y demás males- existentes a castigos impuestos por deidades no hace más que apartarnos del conocimiento de las causas verdaderas para así abordar en tiempo y forma cualquier deterioro de la salud. En cuanto a la transmisión, la responsabilidad humana es la única que debe ser considerada y resaltada. Por último, el sentimiento de culpa puede producir menoscabos en la salud mental y repercutir negativamente en la calidad de vida.
Los orígenes del VIH se remontan al virus de inmunodeficiencia simia, el cual estaba presente en los chimpancés, en el continente africano. La cacería y el consumo de carne de tales simios propiciaron la transmisión y la mutación del virus en los seres humanos. Como hemos mencionado arriba, los chimpancés y los seres humanos presentan un ADN casi idéntico. Esto ocurrió en la primera mitad del siglo XX y debido a la explosión urbanística en el centro mismo del África -en el país ahora denominado República Democrática del Congo- y a las extensas migraciones dentro y fuera del continente, el virus se fue esparciendo alrededor del mundo.