Noticias

somosgay

Vivir con VIH no es en absoluto una condena. Los agigantados avances científicos de estos últimos años nos brindan cada vez más información que se traduce en tests más rápidos y tratamientos más eficientes. Todo esto permite hoy en día una óptima calidad de vida tanto para las personas que viven con el virus como para sus seres queridos.


El virus de inmunodeficiencia humano es, como su nombre lo señala, un virus que debilita o destruye las células que forman parte del sistema inmunitario. Un virus es un organismo microscópico que puede provocar enfermedades e infecciones y que solo puede vivir y reproducirse en células vivas dentro del cuerpo. El sistema inmunitario protege el cuerpo humano contra organismos extraños y está compuesto de diversos tipos de células y órganos que se encuentran dispersos a lo largo del cuerpo.

 

En la actualidad existen 2 tipos diferentes de VIH: El VIH-1 y el VIH-2.

Veamos las semejanzas y diferencias:

Semejanzas

• Ambos tipos de virus atacan el sistema inmunitario.

• Poseen las mismas vías de transmisión (sangre, semen, secreciones genitales, leche materna)

• Ambos tipos de virus pueden provocar sida. No obstante, el VIH-2 lo produce en menor medida.

Diferencias

• El VIH-1 surgió una década antes que el VIH-2. Es el más común y es el causante de la pandemia mundial.

El VIH-2 evoluciona más lentamente y su periodo de incubación es más largo. Es menos agresivo y su probabilidad de transmisión es menor. El tipo de virus se encuentra por lo general en África Occidental y exhibe una menor tasa de mortalidad.

 

 

¿Cómo se transmite el virus?

Existen 3 vías de transmisión:

• Vía sexual: Mantener relaciones sexuales sin protección y tener contacto con sangre, semen y secreciones vaginales o anales. Para reducir el riesgo debe usarse condón de látex o poliuretano y acompañar con lubricantes a base de agua o silicona al tener tanto sexo vaginal como anal. Los condones fabricados con materiales naturales (piel de cordero, etc.) no son eficaces a la hora de impedir el paso del virus. Los lubricantes son asimismo importantes para prevenir tanto la rotura del condón como posibles lesiones en el recto o vagina. Es importante no practicar sexo vaginal sin protección durante la menstruación. De igual manera, es importante evitar contacto con el semen durante el sexo oral.

• Vía sanguínea: Contacto con sangre mediante el empleo de jeringas y agujas compartidas, transfusiones de sangre o accidentes en donde se tenga exposición a sangre.

• Transmisión vertical (madre a hijo): Cuando una mujer que vive con VIH transmite el virus a su hijo/a durante el parto, embarazo o lactancia.

No obstante:

• Si la mujer recibe terapia antirretroviral en el embarazo, el riesgo de transmisión es menor.
• Si la mujer posee muy poco VIH en su cuerpo (carga viral indetectable), puede llevar a cabo un parto normal.
• La mujer puede amamantar al bebé si ella y/o el bebé se encuentran bajo tratamiento antirretroviral. Es importante siempre consultar con un médico debido a que en ciertas circunstancias se recomienda emplear un sustituto a la leche materna.
• Los bebés recién nacidos, hijos de madres con VIH, reciben un tratamiento contra el virus durante las seis semanas posteriores al parto para reducir aún más el riesgo de infección.

El VIH no se transmite a través del aire, agua, saliva, cabello, picaduras de insectos, mordidas de animales, contacto físico como pasarse las manos, abrazarse, besarse, compartir vasos, platos o demás enseres.

 

¿Cómo sé si tengo el virus?

Antes de tomar cualquier test, es importante aguardar de 15 días a 3 meses después de una situación de riesgo. Ese lapso de tiempo es conocido como periodo ventana. ¿Por qué hay que esperar? Porque desde que el virus ingresa al cuerpo hasta que sea detectable en la sangre transcurre un cierto tiempo. Por lo tanto, si un estudio se realiza inmediatamente después de la situación de riesgo no será fiable.

 

¿Existen síntomas?

No existen síntomas específicos que señalen la presencia del VIH en el cuerpo. Las semanas posteriores a la exposición puede presentarse un cuadro gripal con fiebre, dolor de garganta, fatiga, sarpullido, dolor de cabeza. Estos síntomas pueden confundirse con diversas enfermedades, es por ello que es de suma importancia realizarse estudios para corroborar la infección.

 

Tras esperar los días recomendados, la persona puede tomar el Test Rápido, el cual –como su nombre lo indica- ofrece resultados en 15 minutos. Es administrado de manera gratuita y confidencial en cualquier centro asistencial del Ministerio de Salud y en la Clínica Kuimba’e de SOMOSGAY.

 

Si el resultado del test es positivo, debe confirmarse con otro test (Elisa) y/u otro estudio de nombre Western Blot. Todo de manera gratuita. Si la presencia de VIH es comprobada tras los tests, debe iniciarse la terapia antirretroviral. El resultado es siempre confidencial.

 

 

¿Qué pasa si sé que vivo con VIH?

Al saber tu diagnóstico, tu médico te pedirá dos pruebas:

• conteo de células CD-4, y
• análisis de carga viral.

Todo esto antes de iniciar la terapia.

 

¿Qué es el conteo de células CD-4?

Las células CD-4 son un tipo de glóbulos blancos. Se les llama también células T- colaboradoras porque ayudan a otras células a eliminar agentes infecciosos. Las células CD-4 son destruidas por el VIH por lo que su conteo ayuda a detectar la infección. Se recomienda iniciar la terapia antirretroviral cuando el conteo de células de en torno a 350.

Entre las células más importantes del sistema inmunitario están los glóbulos blancos encargados de reconocer y destruir agentes infecciosos.  

 

Adherencia al tratamiento (seguir la terapia antirretroviral según lo ha prescrito el médico) → carga viral indetectable → menor riesgo de transmisión de VIH → menos posibilidades de adquirir enfermedades oportunistas → menos riesgo de que le virus desarrolle resistencia a los fármacos.

 

Lograr una carga viral indetectable, a raíz de un tratamiento constante y responsable, asegura una vida plena y óptima. Estar informado debidamente es siempre el primer paso a la hora de derribar miedos y asumir el cuidado de la propia salud y de la familia.

 

Volver