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Cuando Argentina aprobó la Ley de Matrimonio Igualitario, el 5 de mayo del 2010, sorprendió al mundo al convertirse en el primer país latinoamericano en hacerlo, sentando un precedente en la región que no tardaría en ser replicado por otros países como Uruguay y Brasil.
Pero los esfuerzos de diferentes colectivos LGBTI en la consecución de la igualdad en Argentina tienen larga data. Muchos factores socioculturales convergieron para lo que es no objetivo final, sino un punto de partida.
Ya desde los 70s muchos grupos empezaron a proponer el debate respecto a la igualdad, más fue la crisis económica del 2001 el detonante de las victorias conseguidas después. “Después de la crisis del 2001 en Argentina, que fue una crisis muy fuerte, hubo una revalorización de los movimientos sociales” comenta Esteban Paulón, presidente de la Federación Argentina de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Trans. Con la crisis, las organizaciones comunitarias fueron importantísimas para superar las situaciones de pobreza y exclusión, convirtiéndose en actores preponderantes y activos de la realidad nacional.
La articulación con otros movimientos, no precisamente LGBT, fue preponderante, señala Paulón:
Logramos que otras organizaciones políticas, organizaciones de derechos humanos, feministas, universidades y distintas instituciones incorporaran en su agenda nuestra agenda. Que es una cuestión lógica porque gays, lesbianas y trans estamos en todos los ámbitos de la sociedad.
La Federación Argentina LGBT, de la cual es presidente, tuvo el papel de coordinar, incorporar y articular en esas agendas todos los aportes como apoyo concreto a la ley de matrimonio igualitario.
La Ley del Matrimonio Igualitario no se consigue entonces con el apoyo de un grupo político determinado, sino como ese conjunto de aportes de movimientos muy plurales entre sí, como es la sociedad en sí misma. “Si bien en la mayoría de los países donde se ha aprobado el matrimonio -excepto Suecia e Inglaterra- han sido por gobiernos socialdemócratas o de centro-izquierda, en casi todos los casos hay también un fenómeno de apoyo de la centroderecha (...) La agenda del matrimonio igualitario es una agenda de modernidad, de pluralidad, de democracia, de diversidad”. Como muestra de ello es el hecho de que fue Mauricio Macri, actual presidente argentino, el que permitió que se celebrara el primer matrimonio igualitario en Argentina, cuando era Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires en el 2002.
Perseverancia. Agenda que incluyera a diferentes actores sociales, culturales y políticos, trabajo de base, visibilización y movilización activa haciendo cohesión han sido algunos de los pilares de la experiencia argentina. Tanto el Matrimonio Igualitario como La Ley de Identidad de Género son muestras del éxito de ese trabajo. Y razones suficientes para seguir luchando por la igualdad.
Algo que no se detiene. Ni en Argentina, ni en el resto del mundo.