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Bruno A. Comas nos comenta ante la persecución de la LGBTIfobia institucionalizada que “hoy soy yo el acusado y mañana puede ser cualquiera”. Su performance “Paraguay no me mates” en el pasado Festival Besatón denunciaba las agresiones que las personas LGBTI sufrimos a diario en una sociedad violenta, excluyente y discriminadora.
Bruno A. Comas, del proyecto performático Vena Rota, es un artista que participó de nuestro Festival Besatón el pasado 17 de mayo. La fiscalía lo imputó sin asidero legal por supuestos “actos exhibicionistas” ante las acusaciones infundadas de la Secretaría de la Niñez y la Adolescencia en una clara persecución al activismo LGBTI, los derechos humanos, la libertad de expresión y al arte.
Paraguay no me mates
Bruno, para aquellas personas que no estén familiarizadas con el término, ¿qué es una performance?
La performance es una manera de hacer arte utilizando el cuerpo, modificando el tiempo y el espacio para plantear otra posibilidad por un instante. Podría decirse que tiene semejanzas con el teatro o la danza, donde los cuerpos invitan a que uno se olvide de su vida y vea “otra realidad” que abarque su atención. La diferencia podría ser que la performance se ha utilizado no para encarnar “personajes” sino para usar el cuerpo como medio de protesta, manifestación de las ideas y canal de resonancia en una investigación independiente, autónoma, donde artistxs van definiendo las formas en las que trabajan, que también pueden ir mutando.
¿Pudieras comentarnos en qué consistió, para aquellos que no pudieron ver ni asistir, “Paraguay No Me Mates”? ¿Por qué el nombre? ¿Cuál fue el mensaje? ¿Cómo fue la obra?
“Paraguay No Me Mates” consiste en una rutina de acciones y expresiones simbólicas acompañada de audios reales de representantes gubernamentales, periodistas y religiosos fundamentalistas, con un discurso homofóbico y de odio, emitidos en la prensa.
Comienza con mi entrada envuelto en un traje de plástico, y autoflagelándome al unísono de las declaraciones discriminatorias. Luego, acompañado de una canción patriótica, desprendo un corazón de plástico enganchado en el pecho y lo deshago sobre mi cuerpo dejando caer sangre falsa. Cerrando la presentación, entre espasmos y movimientos convulsos, extraigo de mi atuendo un frasco de purpurina que arrojo al aire y sobre mi cuerpo como símbolo de resistencia.
Es una denuncia directa contra la homofobia que hay en nuestra sociedad y un reclamo abierto a la reflexión, porque merecemos vivir en paz, brillar y que no nos maten o persigan.
“Queda claro que esta postura política busca frustrar la lucha por los derechos LGBTI y los DDHH en general, además de replicar el modelo de persecución dictatorial a artistas cuyo arte busca denunciar injusticias” — Bruno Almada Comas.
¿A qué creés que se debe tu imputación por parte del Ministerio Público? ¿Hubo “actos exhibicionistas” en la performance?
No hubo ningún acto exhibicionista en mi performance, ni siquiera de contenido sexual. Creo que la imputación se debe a que en Paraguay las personas no están acostumbradas a que durante los actos artísticos y manifestaciones el cuerpo se presente como lugar simbólico que trate de temas incómodos y confrontativos. La presión de los sectores conservadores, que actualmente están operando fuerte en toda Sudamérica, es la que habilita que hechos como esta imputación puedan ocurrir y sumada la manipulación de los medios sobre lo que realmente ocurrió. Queda claro que esta postura política busca frustrar la lucha por los derechos LGBTI y los DDHH. en general, además de replicar el modelo de persecución dictatorial a artistas cuyo arte busca denunciar injusticias.
“El arte, cuando cumple una función además del mero entretenimiento, tiene un poder transformador incomparable. Está en nuestras manos hacer uso de ese poder” — Bruno Almada Comas.
¿Es el arte político o la política y el arte deben estar separados? ¿Por qué?
Considero que toda acción es política. El callarse es político, el hacer como si nada pasa es una postura política. Y a pesar de que no milito en ningún partido ni con ninguna organización en específico, la búsqueda que transito desde el arte pasa por incomodar y desestabilizar los paradigmas que condicionan nuestra subjetividad (cosmovisión). Cuando estudié teología comprendí que la transformación de la cosmovisión de una sociedad es clave para que exista posibilidad de cambio.
En un país tan injusto como en el que vivimos, plantear estos cambios es urgente, pero no sólo desde un lugar político “macro” (partidario e institucional), sino desde lo relacional, lo sensible, lo “micropolítico” donde creo que se gesta una revolución que dialoga con el ego y la psicología, que últimamente delimitan nuestra forma de comprender el mundo.
¿Cómo el arte puede contribuir a avanzar, erradicar la lesbofobia, homofobia, bifobia, transfobia, la heterosexualidad obligatoria (heteronormatividad) y el machismo?
El arte despierta la sensibilidad de las personas y muchas veces produce el placer que nos hace sentir más vivxs por un momento. Es un modo de entender cómo vivir y manifestarnos, es transversal en nuestra vida. Nadie puede cambiar de idea si es que no se siente “tocado” “afectado” por algo que modifique su punto de vista.
El arte, cuando cumple una función además del mero entretenimiento, tiene un poder transformador incomparable. Está en nuestras manos hacer uso de ese poder.
Estás llevando a cabo una investigación abierta “Entre cuerpxs y espacixs”, ¿podrías comentarnos más acerca de ella? ¿Cuál es la situación de lo LGBTI+, el género, en estos espacios?
Esta investigación abierta o taller es un espacio de reflexión y prácticas basado en estudios referente al cuerpo, la performance, la sensibilidad, la subjetividad y persigue despertar el saber del cuerpo para poder habitar otros posibles tanto desde el arte como en la vida misma.
Es indispensable que como artistas y artivistas podamos removernos del inconsciente colonial neoliberal capitalista y proponer otras formas, múltiples, de asimilar la realidad y así pensar que el cambio es posible. Es entonces cuando la singularidad se manifiesta sobre el individualismo y eso habilita conocernos más a nosotros mismos y pensarnos entre cuerpos y espacios, mutantes, transformables, donde cada uno pueda ser uno mismo, entendiendo las diferencias con los demás y viendo eso como algo que potencia “la vida”. Ahí es cuando está incluido todo el tema LGBTI, pero más desde un enfoque queer, buscando cuestionar las construcciones de género binario y todo el mecanismo heteropatriarcal que condiciona nuestra subjetividad.
¿Algún mensaje que quieras dar a la comunidad LGBTI, activistas, desde vos como artista víctima de un Estado LGBTIfóbico, machista, represor, autoritario y violador de derechos?
Creo que, en esta coyuntura política que estamos viviendo, hoy soy yo el acusado y mañana puede ser cualquiera. Muchas personas me dijeron que me animé a hacer cosas que nadie se atrevió, pero creo que sólo mostré una performance de denuncia en la que vengo trabajando hace tiempo.
El resto de lo que pasó es un eco de los sectores de poder que no quieren ver arte disidente en las calles, sino que están en una caza de brujas para criminalizarnos y desviar la atención mediática de temas verdaderamente importantes.
Deseo que nuestro arte no pare, que siga discutiendo, disintiendo, desarmando, cuestionando, expandiéndose para que más gente se anime a expresarse y a no callar. Considero esto además de una persecución contra el colectivo LGTBI, un atropello a los DD.HH. de libre expresión, una amenaza a los artistas locales, una imposición de límites.
Lo bueno es que el arte es más libre, más rebelde, más contagioso de lo que se espera. Ahora queda defendernos y seguir creando, que es la resistencia más fuerte que tenemos.
Acerca de Bruno Almada Comas
Se acercó al arte desde niño en representaciones teatrales del colegio, escritura de poesía y cuentos. A los veinte años, migró a Buenos Aires con el apoyo del FONDEC y estudió la carrera de Artes Audiovisuales en la Universidad Nacional de las Artes durante tres años.
Ganó el primer puesto del concurso de guion de cortometraje Roa Cinero en el 2013 y el segundo puesto del Premio Ciudad de Asunción en su segunda edición, en el marco del Festival Internacional de Cine y el segundo puesto del mismo premio en la edición del 2014.
Desde el 2016 se dedicó al estudio de la performance en Espacio LEM, tomando clases con Viviana Iasparra. Durante ese año también se formó con el director teatral Silvio Lang.
En el 2017 realizó un curso de postgrado en el hospital psiquiátrico M. T. Alvear llamado “Pensar el hospital hoy, las resonancias del cuerpo” donde tuvo acercamiento con varios activistas e investigadores del cuerpo y el movimiento. Ha realizado un cortometraje llamado “Voraz” que se exhibió en el Festival de Cine 2017 y desde hace dos años se encuentra investigando la performance, el cuerpo, el arte multidisciplinario.
Acerca de Vena Rota
Considerado por Almada Comas como un portal desde donde habita su búsqueda discursiva que persigue encontrar la sangre (la vida) de las cosas a través del arte y el cuerpo. Constituye un espacio de trabajo individual como colectivo según requiera la ocasión o el proyecto.
Para participar de la investigación abierta “Entre cuerpxs y espacixs” lxs interesadxs pueden acudir a la fanpage Vena Rota para mayores detalles sobre los encuentros.