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La Clínica Kuimba’e parte del principio fundamental, amparado por nuestra Constitución Nacional, de que la salud es un derecho al que debemos acceder todos y todas y que debe ser asegurado por el Estado.


La Clínica Kuimba’e parte del principio fundamental, amparado por nuestra Constitución Nacional, de que la salud es un derecho al que debemos acceder todos y todas y que debe ser asegurado por el Estado. Kuimba’e ofrece servicios de Consejería y Testeo Voluntario para VIH y sífilis, además de referenciar los casos reactivos ante alguna de estas enfermedades infecciosas a la atención médica, a la que se accede, incluso, por un sistema de pre agendamiento telefónico, al igual que al servicio de atención psicológica. Todos los servicios son gratuitos gracias al financiamiento externo gestionado por SOMOSGAY con la AHF (AIDS Healthcare Foundation).

En este corto tiempo, desde mayo del 2013 hasta la fecha, Kuimba’e sirvió de puente entre más de 2600 personas (2067 hombres y 585 mujeres) y el diagnóstico, tratamiento y seguimiento de enfermedades diversas que afectan preferentemente a la población masculina que, de hecho, tiene muy pocas oportunidades para acceder a un servicio amigable en cualquiera de los sistemas de salud públicos o privados, entre ellas. Se detectaron 357 casos de Sífilis donde a todos se realizaron los tratamientos correspondientes, 134 casos reactivos de VIH y más de 7500 personas se realizaron los tests de VIH y Sífilis.

Y fueron la experiencia de Kuimba’e en la detección de casos de infección por VIH, la misma atención a estas personas, su vinculación de 123 personas con el programa nacional dependiente del Ministerio de Salud que lucha contra el sida y el acompañamiento a estas personas los factores que ayudaron a lograr altos niveles de autonomía ante la infección y buena adherencia al tratamiento. Esto es lo que hoy nos da la visibilidad suficiente como para promover un modelo de atención especializado que permita descentralizar el Programa Nacional hacia policlínicas como Kuimba’e u otras que puedan adoptar el modelo, siendo parte de la misma red de servicios del Ministerio de Salud, las Unidades de Salud de la Familia, las Policlínicas de Especialidades y hasta los Servicios de Atención Ambulatoria de la red de hospitales.

Kuimba’e ha detectado, en dos años de trabajo, más de un centenar de personas que viven con el VIH, y esta experiencia nos permite introducir los conceptos relacionados a la Cascada del Continuo de la Atención, estrategia que hoy se promueve desde la Organización Mundial de la Salud y las agencias que trabajan en el terreno del VIH/sida, y que se adecua a las necesidades subrayadas por activistas y organizaciones de la sociedad civil que luchan por el derecho a la salud de las personas que viven con esta infección/enfermedad.

La cascada del continuo de atención en VIH pretende que al menos el 90% de las personas que viven con el VIH conozcan su diagnóstico; que de estas personas al menos el 90% esté vinculada a algún sistema de salud; de estas al menos que el 90% con necesidad de tratamiento antirretroviral lo reciba en tiempo y forma y que al menos el 90% de las personas tratadas tengan cargas virales indetectables al año del inicio de tratamiento.

En el entendimiento de que el Estado somos todos y todas, en este año 2015, Kuimba’e pretende apuntalar su modelo de atención y acompañar el proceso de descentralización que se profundizará en la red de servicios de atención del Ministerio de Salud, sin perder de vista que la Salud es un derecho que hemos conquistado y que no es mercancía. Sólo así podremos vivir la utopía de un mundo sin nuevas infecciones por VIH y con personas viviendo plenamente su sexualidad, sin riesgos de enfermar ni de morir por una causa prevenible.

Algo está cambiando: lo que refuerza nuestra visión de convertirnos en un centro de referencia para la atención con calidad de hombres que necesitan de un servicio de salud amigable y accesible en el que el énfasis se da en el empoderamiento del individuo sobre su situación de salud, el combate a las malas interpretaciones y prejuicios sobre las distintas enfermedades, que incluyen el estigma y la discriminación muchas veces autoimpuestos y sobre todo el hecho de que la calidad de vida es una meta alcanzable aunque se viva con el VIH.

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