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La Parada por todas las familias se enmarca en la no discriminación a la diversidad de familias en Paraguay, un país que ha exhibido diferentes configuraciones familiares a lo largo de su historia y hasta la actualidad. Las familias unipersonales y las extendidas, es decir, madres solteras jefas de hogar, niños criados por abuelos, tíos, etc. registran un alto porcentaje y las familias paraguayas se han caracterizado siempre por su diversidad. En los últimos años, el éxodo migratorio experimentado en la primera década de los años 2000 trajo consigo mayor diversificación de modelos familiares y actualmente el Registro Civil inscribe hijos extramatrimoniales 3 veces más que matrimoniales.

 

En este sentido, la imposición de un modelo tradicional de familia no se corresponde con la realidad del país y supone una discriminación orientada a privar de derechos a un amplio segmento de la población. Dentro de dicho segmento privado de derechos nos encontramos además las personas LGBT, ya que dicho modelo reproduce roles tradicionales de género a la vez de que discrimina y supone un ejercicio de violencia contra todas aquellas familias que no se ajustan al modelo único impuesto.

 

La evidencia científica afirma consistentemente a lo largo del mundo y desde hace años que los niños criados en hogares homoparentales no exhiben desventaja alguna frente a aquellos criados por parejas heterosexuales y que los progenitores LGBT demuestran las mismas condiciones y capacidades que padres y madres heterosexuales. La orientación sexual no es un factor que incide de manera alguna para ser un buen progenitor como sí lo es la capacidad de proporcionar un ambiente saludable, seguro, constructivo y de amor para los niños, niñas y adolescentes.

 

La imposición de un modelo único de familia priva a niños, niñas y adolescentes de todos sus derechos al condenarlos por vivir en una familia de segunda categoría o por negarles el derecho a una familia que les garantice una infancia y adolescencia segura y digna. Esto claramente contradice la Constitución Nacional que también afirma la igualdad ante la ley.

 

Así mismo, las personas LGBT reclamamos nuestro derecho a constituir familias y exigimos al Estado el reconocimiento de nuestras familias ya existentes en pie de igualdad. Muchas personas LGBT en el país poseemos hijos y muchos niños, niñas y adolescentes viven en hogares con adultos del mismo sexo (como abuelas, madres, tías, etc.). Nuestro reclamo no supone una imposición, como sí lo es el de la familia tradicional, sino que buscamos que el Estado reconozca la diversidad de familias y que garantice el derecho de todas sin discriminación alguna.

 

Desde SOMOSGAY reafirmamos incansablemente que la Familia es Amor y marchamos por todas las familias, sin excepciones, el próximo Sábado 1º de Julio.