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El VIH es ante todo una enfermedad social debido a la cantidad de prejuicios, ignorancia y desinformación que aún persisten y que muchas veces encuentran eco en los medios de comunicación.
Afortunadamente, los avances de la ciencia permiten a las personas con VIH vivir con una calidad de vida óptima, tal como ocurre con otras enfermedades crónicas como la diabetes. Por desgracia, los mitos subsisten al igual que la información errónea y obsoleta.
Ante esta situación, recordamos enfáticamente que, de acuerdo a ONUSIDA, “las palabras no son neutrales en el contexto del VIH”. El lenguaje empleado es el responsable en gran medida del estigma en torno a la enfermedad. Es por ello que instamos a los medios de comunicación emplear un lenguaje preciso, certero, de rigurosidad científica y respetuoso para con los derechos humanos.
De igual manera, el VIH no se contagia sino que se transmite. La diferencia entre ambos términos no es al azar: en el contagio, la persona no puede evitarlo, mientras que en la transmisión sí. El VIH se puede prevenir ya que la responsabilidad de cuidado recae no solo en la persona que vive con VIH sino también en las personas sin el virus. Recordamos además que solamente existen tres vías de transmisión: la sexual, la sanguínea y la vertical. Las tres vías son prevenibles.
Destacamos que el VIH es una condición manejable y tratable cuyo tratamiento es provisto por el Ministerio de Salud y Bienestar Social. Una persona que vive con VIH y que sigue su tratamiento no solo gana una calidad de vida óptima y una esperanza de vida similar a la de la población en general sino que elimina la posibilidad de transmitir el virus.
Por último, solicitamos mayor responsabilidad en lo que respecta a la comunicación en torno al VIH/sida ya que como sociedad podremos responder al virus solamente con información veraz y oportuna con aval científico.